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Miércoles, 25 de Diciembre de 2024

Via Crucis

Martes, 7 de Abril de 2015
El miércoles de la semana pasada tuve el honor, el placer y el privilegio de ser invitado al programa de María Elvira Salazar para hablar de los momentos finales de la vida de Jesús e incluso de lo que pasó el miércoles de aquella última semana.

​Seguramente, a algunos les sorprenderá saber que Benedicto XVI cambió hace unos años casi la mitad de los pasos del Vía Crucis por la sencilla razón de que carecían de la menor base histórica. El cambio fue a mejor porque, efectivamente, su lugar vino ocupado por episodios que sí eran históricos y que tienen base en las fuentes. Es posible que algunos fieles católicos se sientan desconcertados por este episodio, pero, ciertamente, debo insistir en que el cambio fue a mejor.

Tomando pie de esa ceremonia que es muy tardía – los via crucis han experimentado variaciones con el paso de los siglos y el primero del que tenemos noticia real aconteció tan sólo dos años antes del Descubrimiento de América – pude explicar algunos aspectos históricos. De manera indirecta y dado que las imágenes que se proyectaban en paralelo eran de la película La Pasión de Mel Gibson también pude reevaluar su contenido. En su día – la vi dos veces – me pareció una interpretación muy particular de Gibson al que había que conceder el respeto propio de cualquier creador. Ya sabemos que el Cristo de Velázquez o el Descendimiento de Van der Weyden no son históricamente aceptables, pero constituyen grandes obras de arte. Mi juicio entonces no fue entusiasta, pero tampoco me pareció tan mala como sostenían sus detractores. Repasándola ahora me percato de que La Pasión es muchísimo peor y dista mucho más de la realidad histórica de lo que aprecié inicialmente. A decir verdad, constituye uno de los mayores ejemplos de desprecio por la veracidad que se han llevado nunca a la pantalla.

Gibson no se inspiró lo más mínimo en las fuentes históricas sino, sustancialmente, en la liturgia del antiguo Via crucis – cuyas estaciones legendarias da por buenas – y en las visiones de Ana Catalina Emmerich. Personalmente, no niego que Ana Catalina – beatificada por Juan Pablo II - experimentara visiones, pero no tengo la menor duda de que su base real era nula y que su contenido contradijo en no pocas ocasiones la realidad histórica. Si era fruto de la autosugestión, de alguna forma de psicosis, de su imaginación es cosa que tendría que haber determinado un psiquiatra. El historiador, como es mi caso, sólo puede decir que no se corresponden con la realidad de la misma manera que no se correspondería con la realidad una visión que pretendiera haber visto a Cristóbal Colón llevando un IPad. La Pasión según Mel Gibson no está exenta de mérito cinematográfico, pero, en términos históricos, es un burdo amasijo de leyendas carentes de base histórica, devociones tardías de la Edad media y visiones dudosas. Siempre que se acepte que, como sucede con Batman, tiene más de imaginación que de Historia y que abundan los errores históricos, La Pasión se puede ver aunque no me atrevería a decir que disfrutar. La segunda vez que yo la vi tuve que ayudar a mi acompañante – una bella señorita – a permanecer en el asiento y no se crean ustedes como enfermera seguro que estaba acostumbrada a la sangre.

Por lo que se refiere a las otras cuestiones tratadas en el programa: detención, flagelación, crucifixión, profecías bíblicas, sepultura, testimonios de la resurrección, etc, remito a los visitantes de este muro a que las examinen con tranquilidad. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!

 

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