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Miércoles, 25 de Diciembre de 2024

En Missouri (II)

Miércoles, 23 de Septiembre de 2015

El segundo día en Joplin, Missouri, está resultando no menos delicioso que el primero. Hoy no tuve que dar ninguna conferencia, pero estuve invitado en tres clases.

En la primera, analicé con los alumnos dos artículos míos que habían leído y que tenían que ver con la Transición y Franco. En la segunda, se juntaron dos clases para acribillarme a preguntas – bastante inteligentes adelanto – sobre mi labor como escritor, episodios de la Historia de España o cuestiones relacionados con culturas como la católica y la protestante. Finalmente, la tercera había leído algunos trabajos míos sobre Prisciliano y la expulsión de los judíos en 1492. Fueron momentos deliciosos porque lo mismo hablamos de la gnosis y del maniqueísmo que nos extendimos en las lecciones de los Padres fundadores que hablamos de mi conversión en 1977 siguiendo mi lectura del Nuevo Testamento en griego o nos detuvimos en los orígenes de la Inquisición, el caso del Niño de la Guardia – un caso de crimen ritual con víctima que nunca existió y que vergonzosamente se sigue celebrando en las iglesias – o los pogromos de 1391. Bastó ver los rostros de algunos de los alumnos entusiasmados al saber lo que era la gnosis o cómo habían transcurrido los últimos días de Pablo para comprender que no existe tema árido sino estudiantes holgazanes o malos docentes.

Hablando de docentes… dos de los profesores de español en esta universidad de Missouri son españoles. Una viene de Navarra y el otro de Sevilla. Ambos generosos admiradores de mi trabajo en la radio y de mi labor literaria. Esta gente nunca cobrará subvenciones, tuvo que abandonar España porque los canallas se apoderaron de la universidad hace años y en algunas regiones implantaron una lengua minoritaria como instrumento para extender su corrupción e impedir la entrada de los mejores y sin embargo… sin embargo, son ellos los que están haciendo patria a miles de kilómetros de España. Ellos son los que instilan el amor por la lengua española a estudiantes extranjeros, los que se enfrentan con tópicos, los que defienden lo mejor de nuestra cultura. Mientras en la patria que los ha echado necia y cruelmente, los ministros de cultura avergonzarían a la tribu de los idiotas, los que odian a España reciben premios nacionales con el dinero anejo y los que señalamos los males nacionales, sus raíces y la manera de enfrentarse con ellos somos tachados de anti-patriotas, ellos realizan una labor callada, pero extraordinaria. Aquí la gente sabe quién es Cervantes, qué es el Quijote o por qué leer el Lazarillo gracias a ellos y no a los caudales tan neciamente dilapidados por eso que llaman ministerio de cultura. Así va todo. Nadie conocerá en España a profesores como éstos y nunca serán mencionados en los medios, pero han hecho mucho más por España – aunque en algún caso acaben aceptando otra ciudadanía – que todas las sandeces de la marca España de Margallo, que la cobardía del ministro de cultura ante el Trueba de turno o que la vileza de los partidos permitiendo que los premios nacionales se otorguen a determinadas personas no por sus méritos sino sólo porque son gratos a los nacionalistas catalanes o vascos. De los primeros me siento orgulloso; los segundos me provocan una vergüenza y un asco indescriptibles. En esta tierra libre y generosa, estos profesores recibirán, al menos, un salario que les permita vivir; en España… pues lo mismo les pasaría como a mi que todavía no he cobrado el campus literario y no atisbo en el horizonte señal de cambio.

Pero no todo iba a ser academia. Dimos algunos pasos también por la ruta 66. De Carthage les contaré más cosas mañana, pero ya les adelanto que pasé por el motel donde Clark Gable estuvo en dos ocasiones y donde todo se conserva igual, incluidas las radios de la época y la ausencia de televisión; que me detuve ante un antiguo cine para coches ahora cerrado y que… bueno, eso se lo contaré, Dios mediante, ya mañana. De momento, baste decir que estoy muy orgulloso de ver como la lengua y la cultura españolas se extienden en esta parte del mundo no gracias a los desastrosos gobiernos nacionales y regionales sino a pesar de ellos y de haber aportado un grano de arena aunque sea más que diminuto a esa tarea. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!

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