Consigue ahora todos los libros de César Vidal en Amazon, pulsa aquí para comprar.
Miércoles, 25 de Diciembre de 2024

(LIII): El regreso a la Meca (VI): La entrada en la Meca

Viernes, 15 de Enero de 2021

El día 1 de du-l-qaada (2 de marzo de 629), Mahoma dio orden de salir hacia la Meca en compañía de los que el año anterior se habían dirigido hacia Hudaybiyya.  A la comitiva se sumó un número no pequeño de seguidores de Mahoma que, en esta ocasión, iban profusamente armados.  Como era de esperar, los mecanos protestaron al conocer esta última circunstancia ya que implicaba una clara violación de lo acordado previamente en el sentido de limitar las armas a la espada en la vaina.  La respuesta de Mahoma fue señalar que aquella restricción sobre el armamento no regía hasta pisar el territorio sagrado de la Meca.   De acuerdo con esa interpretación se comportó Mahoma.  Al llegar a Marr al-Zahran, depositó el armamento que excedía la espada en la vaina en el barranco de Batn Yashish, por supuesto, bien guardado por un contingente propio.  Acto seguido, exigió que los coraishíes, también de acuerdo con lo pactado, evacuaran la Meca dejándola a merced de los seguidores de Mahoma por el plazo de tres días.  La respuesta de los coraishíes fue abandonar la ciudad estableciéndose en unas alturas cercanas.

     Los seguidores de Mahoma entraron en la Meca gritando la talbiya, es decir, el grito de labbayka (¡Aquí nos tienes, Señor!), pero no cometieron excesos.  Por supuesto, realizaron las ceremonias del ritual, pero aceptaron que no se les permitiera ver el tesoro ya que no se había pactado nada al respecto en Hudaybiyya y también que Bilal no pudiera llamar a la oración desde el tejado de la Kaaba.  Incluso Mahoma consintió en que los coraishíes le privaran de una satisfacción personal.  En el curso de aquella visita a la Meca, Mahoma se casó con Maymuna bint al-Harit, hermana de Umm al-Fadl, esposa de al-Abbas, y pariente de Jalid b. Al-Walid.  Mahoma habría deseado celebrar el banquete de bodas en la Meca y así se lo comunicó a los coraishíes a los que invitó a las celebraciones.  Sin embargo, éstos, temiendo que se tratara de una añagaza para prolongar su estancia en la ciudad, rechazaron la invitación y le recordaron que debía marcharse.  Se trataba de un sinsabor en medio del regocijo de los tres días de peregrinación y no resulta extraño que algunos de los seguidores de Mahoma estuvieran a punto de llegar a las manos con los coraishíes.  Mahoma lo impidió e incluso anunció una nueva revelación que pronosticaba su entrada triunfal en la Meca.  Así en 48: 27/27 se afirmaba[2]:

 

  1. Al.lah ha confirmado, ciertamente, el sueño de Su mensajero: «Entraréis en la Mezquita Sagrada, si Al.lah quiere, en seguridad, con la cabeza afeitada y el pelo corto, sin temor». Él sabía lo que vosotros no sabíais. Además, ha dispuesto un éxito cercano.

 

     Ciertamente, el nuevo matrimonio de Mahoma se celebró en Saraf, fuera de la Meca.  Sin embargo, resultaba cada vez más obvio que controlaba crecientemente la situación.  Según la tradición, dos mecanos importantes – Jalid b. al-Walid, sobrino de Maymuna, la última esposa de Mahoma, y Amr b. al-As – se reunieron con Mahoma y le anunciaron que abrazaban su predicación.  Jalid b. al-Walid, especialmente, resultaría de especial relevancia para la expansión del Islam hasta el extremo de que Mahoma llegaría a denominarlo “espada de las espadas del Islam”.  Sería, de hecho, Jalid b. al-Walid el que lograría evitar un desastre militar de las fuerzas de Mahoma enfrentadas a tropas bizantinas en Muta, al sur del mar Muerto.  La tradición ha hablado de que los seguidores de Mahoma eran sólo tres mil frente a cien mil bizantinos, pero semejantes cifras resultan difíciles de creer.  Todo hace pensar en un choque secundario que dejó de manifiesto hasta qué punto la entidad política creada por Mahoma no contaba aún con la fuerza suficiente como para enfrentarse a Bizancio aunque sí con la necesaria como para ir imponiéndose sobre otros árabes. 

     En esa época también, abrazaron la predicación de Mahoma porciones de los Banu Amir, Juzaa, Aslam o los Sulaym y Mahoma siguió dando claras manifestaciones de su habilidad diplomática.  Por ejemplo, en el curso de una campaña, Amr b. al-As experimentó una polución nocturna y, a la mañana siguiente, en lugar de lavarse por completo, sólo lo hizo con sus partes pudendas.  Cuando Mahoma, enterado del hecho, lo llamó y le pidió explicaciones, Amr b. al-As le respondió que, de haberse bañado por completo, se hubiera quedado helado y como afirmaba él en su predicación:

  1. ¡Creyentes! No os apropiéis los unos de los bienes de los otros con la falsedad, sino mediante transacciones de común acuerdo. No os matéis a vosotros mismos. Al.lah es misericordioso con vosotros.

     (4: 33/29)                        

 

      Al escuchar aquellas palabras, según la tradición, Mahoma se limitó a echarse a reír y el tema quedó zanjado. 

     Sin duda, no le faltaban a Mahoma razones para sentirse satisfecho.  Su visita a la Meca había dejado de manifiesto hasta qué punto su posición era fuerte y debilitada la de los coraishíes.  El momento de entrar definitivamente en la ciudad había llegado.

CONTINUARÁ


[1]   Véase: J. Akhter, Oc, p. 101 ss; K. Armstrong, Oc, pp. 241 ss; M. Cook, Muhammad…, pp. 12 ss; E. Dermenghem, Mahomet…, p. 57 ss; J. Glubb, Oc, pp. 301 ss; M. Lings, Oc, pp. 331 ss; T. Ramadan, Oc, pp. 181 ss; J. Vernet, Oc, pp. 152 ss; W. M. Watt, Oc, pp. 172 ss; C. V. Gheorghiu, Oc, pp. 403 ss.

 

[2]  No todos los comentaristas musulmanes ubican esta sura en el mismo momento cronológico.  La edición del rey Fahd, la situan tras el acuerdo de Hudaybiya como una respuesta frente a las dudas de los hipócritas.

Suscríbete a cesarvidal.tv

Suscríbete a cesarvidal.tv

LO MÁS ESCUCHADO

Error: No hay artículos para mostrar

Ahora es tendencia

Error: No hay artículos para mostrar

Últimos Tuits