Pasaron el viernes, el sábado y el inicio del domingo – los tres días - y en ese domingo, primer día de la semana, las mujeres vinieron a la sepultura para embalsamar a Jesús acompañadas de otras mujeres (24: 1). De nuevo, la ausencia de la madre de Jesús y de los parientes – por no hablar de los discípulos varones – resulta llamativa. Llamativa, pero no sorprendente. Tenían miedo.
Contra lo que esperaban, las mujeres encontraron que la tumba estaba abierta y que dentro no había nada (24: 3). Asombradas por la ausencia del cadáver – lo que indica claramente que no esperaban la resurrección – dos hombres en vestiduras resplandecientes se dirigieron a ellas. No sabemos mucho sobre la apariencia de aquellos dos personajes, pero lo que resulta bien revelador es que las mujeres se asustaron y clavaron la mirada en el suelo (24: 5). No esperaban la resurrección de Jesús – insistamos en ello – y por ello es difícil que su testimonio surgiera por autosugestión. A decir verdad, fueron aquellos dos seres los que arrojaron luz sobre los momentos que estaban viviendo. No debían buscar entre los muertos al que vivía porque Jesús, conforme s sus propias palabras pronunciadas ya en Galilea, no estaba entre los muertos y era absurdo buscarlo allí. Había resucitado (24: 5-7). Fueron las palabras de aquellos personajes las que llevaron a las mujeres a recordar las palabras de Jesús. Fue entonces cuando comprendieron lo que había sucedido y corrieron a comunicar todo a los apóstoles (24: 8-9). Lucas nos da los nombres de las mujeres y, de nuevo, deja de manifiesto que entre ellas ni estaba María ni familiares de Jesús (24: 10). Como era de esperar, los discípulos no creyeron a las mujeres. Sólo Pedro – y por el Evangelio de Juan, sabemos que también Juan – se dirigió a la tumba para intentar ver qué había sucedido. Sabemos por Juan que él sí creyó, pero no Pedro (Juan 20: 1-10). Por el contrario, como indica Lucas, Pedro se quedó pasmado al ver los lienzos solos (24: 12), pero necesitaría más para creer en la resurrección del Maestro. Pero antes de que se produjera esa situación sucederían más hechos.
CONTINUARÁ